El casco de protección o de seguridad es uno de los EPIS más esenciales a la hora de presenciarse en el entorno laboral.
La principal función es la protección de la cabeza de los trabajadores contra posibles impactos, caídas de objetos y otros riesgos que puedan causar lesiones graves.
Los cascos de seguridad están fabricados con materiales resistentes como el polietileno de alta densidad (HDPE) y el policarbonato. Además, muchos modelos incluyen características adicionales como ventilación, bandas antisudor y sistemas de ajuste para mayor comodidad.
Podemos dividir los cascos de protección en :
- Cascos de obra: Este tipo de casco son utilizados principalmente en la construcción y la industria. Están diseñados para tener una gran resistencia frente a impactos y perforaciones.
- Cascos con Pantalla: Son cascos de protección igualmente, pero llevan incorporados una pantalla protectora fabricadas en policarbonato, acetato… Estos cascos son utilizados para proteger la cara de salpicaduras y partículas.
- Cascos para Trabajo en Altura: Equipados con sistemas de sujeción adicionales para evitar que se caigan durante trabajos en altura.
Los cascos de seguridad deben cumplir con normativas específicas para garantizar su eficacia. Algunas de las normativas más comunes incluyen la EN 397 para cascos industriales y la EN 14052 para cascos de alto rendimiento.
Es de máxima importancia inspeccionar regularmente los cascos de seguridad para detectar daños o desgaste. Se recomienda reemplazar el casco si ha sufrido un impacto significativo o muestra signos de deterioro.
El uso de cascos de seguridad es fundamental para proteger la integridad física de los trabajadores en entornos peligrosos. Elegir el casco adecuado y mantenerlo en buen estado puede marcar la diferencia entre un accidente menor y una lesión grave.